Saturday, September 29, 2007

¿Quién necesita a Immanuel Kant? (3 y final)


Finalmente, revisemos a Kant. Para él, ni la experiencia ni la razón por sí solas pueden generar conocimiento. La razón provee tan solo contenido sin forma, la experiencia forma sin contenido. Únicamente sintetizando ambas es posible el conocimiento. Por lo mismo, no hay conocimiento que lleve impregnada las marcas de la razón y experiencia, simultáneamente. Éste conocimiento es genuino y objetivo.


Esto implica, sin embargo, que es imposible conocer el mundo "cómo es en sí", independiente del punto de vista. La idea de una concepción absoluta del objeto del conocimiento es absurda, de acuerdo a Kant, dado que sólo éste (el objeto del conocimiento) se genera únicamente empleando conceptos de los cuales cada elemento de significación ha sido refinado. Porque aunque puedo conocer al universo independientemente de mi weltanschauung lo que sé, el mundo de las apariencias, contiene la marca indeleble de dicho punto de vista. Los objetos no dependen de mi percepción para existir, pero su naturaleza es determinada por el hecho de que pueden ser percibidos. Los objetos no son mónadas "leibnizianas", accesibles únicamente a través de la razón imparcial. Pero tampoco puras impresiones "humeanas", producidas por mi experiencia. Son objetivas, pero su carácter está dado a partir del Weltanschauung a través del cual fueron conocidas. Ésta argumentación es llamado la "experiencia posible", con la cual Kant trata de demostrar que, en rigor, la idea de la experiencia ya trae consigo la referencia objetivo que Hume negaba. La experiencia contiene dentro de sí misma las características de espacio, tiempo y causalidad. Por lo tanto, al describir mi experiencia me estoy refiriendo ya a una perspectiva ordenada de un mundo independiente a mí. Éste nueva concepción de objetividad es llamada por Kant el Idealismo Trascendental. Ese sería mi resumen.


Ahora, en términos un poquito más técnicos, aunque nunca tan técnicos como lo haría un filósofo profesional, hay que decir que para poder llegar a este nuevo concepto, Kant analiza el conocimiento a priori. Sabemos que dentro de las proposiciones verdaderas, algunas son verdad independiente de la experiencia, y continúan siendo ciertas aun cuando la experiencia sea diferente. Éstas son las llamadas verdades a priori. Otras deben su verdad a la experiencia, y pueden ser falsas si acaso la experiencia fuese diferente, y son llamadas verdades a posteriori. Kant argumentaba que las verdades a priori son de dos tipos: (1) Analíticas, y (2) Sintéticas. OK aquí va una advertencia. Este es uno de los puntos en donde mi entendimiento de Kant flaquea, y soy honesto al decirlo, así que el siguiente párrafo tómenlo con precaución, y es que la verdad seguir a Kant a cabalidad está cañón, y pues lo haría si quisiera pero siendo economista comprendo que tengo mejores cosas que hacer que pegarme de topes contra la pared cada vez que no comprenda un tecnicismo en filosofía, en física o en otra ciencia que no sean las matemáticas, la estadística y la economía, que son mi fuerte. Pero en general, siempre hablaré cosas que sé que son correctas, aunque sean pocas las cosas que diga. Pero en donde no sepa bien a bien, y para no quedarme callado, les aventuraré mi idea, mi entendimiento sobre el tema (que concedo, puede ser limitado porque no soy profesional en cada uno de los campos sobre los que escribo) Pero en general pueden siempre tenerme confianza, ya que nunca echaré mentiras, y cuando lo haga quizá debido a mi limitada comprensión, se los diré honestamente. En todo caso, la idea previa sobre el Idealismo Trascendental que aventuré en el párrafo anterior es correcta, de eso estoy seguro. En fin, que lo que yo entiendo en este punto de nuestro análisis es que tanto empiricistas como racionalistas creían que ambas verdades correspondían, es decir, que todo conocimiento a priori es analítico, y todo conocimiento a posteriori es sintético. La idea genial de Kant es decir que no, que no tienen que corresponderse, y que un conocimiento a priori puede ser tanto analítico como sintético, lo mismo que el conocimiento a posteriori. Para los empiricistas no puede existir conocimiento sintético a priori, pues las verdades sintéticas pueden ser conocidas tan sólo a través de la experiencia.


La postura empiricista moderna ha sido tomada por los positivistas lógicos, o el "círculo de Vienna" que arguyen justamente que todas las verdades a priori son analíticas, y por ello llegan a la conclusión de que toda proposición metafísica carece de significado, dado que por su naturaleza misma no puede ser ni analítica ni a posteriori. ¡Ningún proposición metafísica puede ser verdadera! De acuerdo a esta concepción, toda la metafísica es una jalada mental. Esto será importante en el cierre del ensayo, en donde discutiré las críticas a la Teoría M en física.


En fin, ya era aparente para Kant que el empiricismo negaba la posibilidad de la metafísica. Y sin embargo la metafísica es necesaria para proveer bases al conocimiento objetivo. Así que la pregunta primordial de la filosofía se transformó a, ¿Cómo es posible la existencia de conocimiento sintético a priori? O quizá menos complejo, ¿Cómo puedo conocer el universo a través de pensamiento puro, sin tener que recurrir a la experiencia? Para Kant, no podía existir ninguna explicación al conocimiento a priori que separase al objeto conocido de la perspectiva de aquel que lo percibe. Por lo que la crítica de Kant está dirigida al Racionalismo puro, a la creencia de que la Razón Pura puede generar conocimiento sin hacer referencia a la experiencia.


De alguna manera. Kant rescata a la metafísica al no dudar de la existencia del conocimiento sintético a priori, aquél que conocemos por pura razón, como las matemáticas, a las que conocemos sin analizar el significado de los términos matemáticos. Sin embargo, otros ejemplos de conocimiento sintético a priori son mucho más difíciles de defender (preguntas famosas como la veracidad o no de: "Cada evento tiene una causa", o "Todos los objetos descubribles se encuentran en el tiempo y el espacio") Todas estas preguntas tienen un componente de universalidad, y no parecen recurrir a la experiencia. Pero, como dijimos, la Verdad para Kant debe tanto ser universal, comprender la razón, cómo recurrir a la experiencia. Por lo tanto, el problema de la objetividad y el problema del conocimiento sintético a priori están ligados permanentemente. Baste cerrar diciendo que el sistema propuesto de Kant proponía solucionar estos problemas que ponían en jaque al sistema de Hume, para poder rescatar el rol fundamental que Kant otorgaba tanto a la experiencia como a la razón.


¡Ufff! Casi sin recursos mentales llegamos al cierre. Y todo esto, ¿Qué tiene que ver con las cuerdas, las supercuerdas, los bosones, los fermiones, las dimensiones extra, y los universos múltiples y paralelos? Pues como hemos aventurado, las implicaciones de la Teoría M en física son verdaderamente mindblowing. Entiendo que no analicé completamente a la teoría M. No se preocupe, estupefacto lector, que en las semanas venideras haré un análisis completísimo de cada uno de los elementos fundamentales no solo de teoría M, sino que también de física clásica, relatividad especial y general, mecánica cuántica, la teoría estándar, teoría de cuerdas y finalmente de Teoría M. Me comprometo entonces a por lo menos 5 ensayos más, para cerrar el tema de la física y entrarle a cosas más interesantes como, desde luego, ¡la Economía! Porque en realidad, teoría M es tan ontológica, casi metafísica, que después de comprenderla uno ya conoce el universo, o por lo menos lo que los físicos conocen actualmente del universo, el límite del conocimiento. Aunque si lo pienso mejor, quizá deba escribir todavía más sobre física: cosmología, e implicaciones de Teoría M. En fin, como pueden apreciar, si acaso haya alguien por allí leyendo esto, en realidad escribo de una manera egoísta: para mí, porque disfruto enormemente el conocer. Si acaso hay alguien más allá afuera en esa otra entelequia llamada internet, pues bueno, mucho mejor, les ahorraré unas horas, acaso un par de días, de lectura difícil pero entretenida. En fin, basta de divagar…


Un elemento fundamental de teoría de cuerdas es que el universo es como una melodía gigantesca: se encuentra compuesto no por partículas elementales, sino por pequeñas cuerdas, miles de millones de veces más pequeñas que un átomo que, vibrando de una forma, originan en nuestros instrumentos la percepción de un átomo. Vibrando de otra forma, un electrón, y así hasta conformar todo nuestro universo. El problema fundamental parece ser que estas cuerdas son tan pequeñas que no podemos detectarlas directamente, ni ahora ni nunca en el futuro. Y sin embargo, el ser humano ha creado toda una concepción tan hermosa y consistente en términos matemáticos, con tantas pistas de ser verdadera y de acoplarse a nuestro universo observable, que parecería ser verdad. Aunque en realidad, no lo sabemos.


Todo lo que se ha hecho hasta estos momentos en física de supercuerdas es absolutamente teórico, sin verificación empírica. Es, por así decirlo, una construcción metafísica, pues pretende generar un set de ecuaciones matemáticas para describir todo el universo (ontológica), y pues precisamente, busca unificar las dos verdades fundamentales que ahora conocemos del universo, la mecánica cuántica y la relatividad (metafísica, justamente)


Así que, ¿Quién necesita a Immanuel Kant? Yo, para entretenerme, los filósofos, para seguir con sus jaladas mentales, pero y más trascendentalmente la física para, y miren nada más para qué, para averiguar la significación final y el destino del universo. Si la construcción de Teoría M es puramente metafísica, no hay problema. Habrá que estudiarla desde la pura perspectiva filosófica y matemática. Como dije, la teoría M no ha pasado ninguna, absolutamente ninguna, verificación empírica hasta el momento. Pero, como el pensador más prominente ya aventuraba en el siglo XVIII, la construcción del conocimiento requiere no sólo la verificación empírica, no solo la belleza y pulcritud matemática dada por el análisis objetivo, sino ambas. Hasta el momento, Teoría M es una bella, quizá la más bella, construcción matemática que describe nuestro universo. ¡Y sus implicaciones son escalofriantes! Un día, comentando sobre algunos resultados en torno a las dimensiones extra, mi esposa exclamó… "Esa explicación [del mundo], me da más miedo que las historias de fantasmas" ¡Y no es para menos! Las implicaciones de tener un universo paralelo a milímetros del nuestro, con potencialmente seres inteligentes viviendo aquí, justo donde usted se encuentra tomando un café y viendo televisión, a veces me parece más descabellada que la idea más aventurada y loca de un esquizofrénico. Y sin embargo, las tomamos en serio y las analizamos porque son el resultado de la pesquisa intelectual más fuerte y confiable, de las mentes más brillantes, de nuestra raza humana. Se trata nada menos que de la exquisitez más bella a la que ha llegado el universo mismo, del que formamos parte. El universo, nosotros, pensando sobre sí mismo, sobre su origen y su destino. Y así de fuerte, así de entero y circular como parece, el análisis podría reducirse simplemente a una locura, a una de las potenciales miles explicaciones que una mente enferma podría crear. Toda la teoría de cuerdas, así de bella y consistente, podría ser únicamente eso, una locura. Así que necesita urgentemente, para sobrevivir, de verificación empírica. Necesita a Immanuel Kant.


Carlos Pitta (Gainesville, Fl, Sept 29, 2007)



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  © Carlos Raul Pitta Arcos Actualizado en Abril de 2009

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